El mecanismo de una persiana enrollable consta esencialmente de dos partes esenciales: el cajón, el cuál a su vez puede albergar a su vez más piezas dentro, y las lamas de la persiana.
Cajón de persiana
En el mundo de las persianas, el cajón es un elemento crucial en el funcionamiento de las mismas. Se encuentra en la parte superior de la ventana y se encarga de recoger las lamas de la persiana cuando se levantan. Ya sea de forma manual, o mediante un motor.
Como con las persianas en sí, existen cajones de persiana interiores y exteriores. La persiana de cajón exterior debe estar hecha de materiales más resistentes que protejan el interior del cajón, mientras que los cajones interiores de persianas pueden centrarse más en detalles estéticos, como contar con una tapa o embellecedor más sofisticado y disimulado.
Respecto a su mantenimiento, ya que es un elemento que por naturaleza está diseñado para mantenerse protegido, salvo que se lleve algún golpe desafortunado, no hace falta realizar un mantenimiento constante. Aun así, es recomendable revisar de vez en cuando si hace falta cambiar la cinta de persiana si se desgastase. De todas formas, la gran mayoría de problemas en el interior del cajón, se podrán detectar fácilmente por un mal funcionamiento de la persiana.
Lamas de aluminio o PVC
Las lamas son uno de los componentes principales de las persianas. Están diseñadas para enrollarse y desenrollarse alrededor del eje de la persiana. Las hay de diferentes tamaños y formas, y generalmente están hechas de PVC o aluminio, aunque hay quién aún las conserva de madera.
Las lamas más anchas tienden a proporcionar una mejor protección solar y una mayor privacidad, mientras que las lamas más estrechas permiten un mayor control de la luz y una vista más amplia del exterior.